Indicaciones
El ketorolaco trometamina, así como otros antiinflamatorios no esteroideos, actúa por inhibición de las ciclooxigenasas, enzimas que intervienen en la síntesis de prostaglandinas (principales responsables de la inflamación). Al inhibir la síntesis de prostaglandinas se previenen las manifestaciones de la inflamación, entre ellas el dolor.
Dosificación
Vía oral.
La dosis diaria recomendada de ketorolaco trometamina por vía oral es de 10 mg cada 4 horas o distribuida cada 6 horas hasta una dosis máxima de 40 mg/día y por no más de 7 días (cada 6 a 8 horas en pacientes ancianos mayores de 65 años, pacientes con insuficiencia renal leve y pacientes con menos de 50 kg de peso).
Otra pauta de dosificación también aceptada consiste en administrar 20 mg de entrada seguidos de 10 mg cada 4 horas o distribuida cada 6 horas, sin sobre pasar la dosis máxima recomendada de 40 mg/día.
Reacciones Adversas
Los efectos adversos con el uso de ketorolaco trometamina son básicamente los mismos que los observados con otros AINEs. Sin embargo, debido a que el ketorolaco trometamina es un potente inhibidor de la ciclooxigenasa, estos son relativamente más frecuentes, razón por la cual en los últimos años se han reducido las dosis y la duración del tratamiento con ketorolaco trometamina.
Los efectos colaterales más frecuentemente observados son los digestivos, seguidos de los hematológicos, los renales, los de hipersensibilidad y los neurológicos.
Las reacciones adversas descritas consisten en dolor abdominal, náuseas, vómitos, hemorragia digestiva (especialmente en ancianos) y úlcera péptica. Entre las reacciones de hipersensibilidad se describen anafilaxia, exantemas, broncoespasmo, edema laríngeo e hipotensión. Puede producir además somnolencia, mareos, cefalea, alteraciones mentales y sensoriales, reacciones psicóticas, diaforesis, sequedad de boca, sed, fiebre, convulsiones, mialgias, meningitis aséptica, hipertensión, disnea, edema pulmonar, bradicardia, dolor torácico, palpitaciones, retención hídrica, hiperazoemia, insuficiencia renal aguda, edema, hiponatremia, hiperpotasemia, polaquiuria o retención urinaria, síndrome nefrótico, cólico renal con o sin hematuria, púrpura, trombocitopenia, epistaxis, inhibición de la agregación plaquetaria, aumento del tiempo de sangría, hemorragia postoperatoria de heridas, hematomas, rubor o palidez, y pancreatitis.
Se han descrito reacciones cutáneas graves como el síndrome de Stevens-Johnson y el síndrome de Lyell.
Puede producir alteraciones de la función hepática, incluso hepatitis e insuficiencia hepática.