Dosificación
La dosis diaria deberá individualizarse según la intensidad del dolor; se acepta como dosis máxima 40 mg/día.
Vía oral: dosis inicial 10 mg.Dosis de mantenimiento: 10 mg a 20 mg cada 6 horas; la duración total del tratamiento no debe exceder los 5 días.
Los tratamientos prolongados han sido asociados con efectos adversos, en algunos casos graves.
Vía parenteral: Dosis única intramuscular de 60 mg o una dosis intravenosa única de 30 mg, o dosis múltiples de 30 mg cada 6 horas por vía intramuscular o intravenosa hasta un máximo de 120 mg/día.
Las dosis deben reducirse a la mitad en ancianos, en pacientes con insuficiencia renal y en los que pesen menos de 50 Kg.
A los niños de entre 2 y 16 años se les puede administrar una dosis única intramuscular de 1 mg/kg hasta un máximo de 30 mg o una dosis única intravenosa de 0,5 mg/kg hasta un máximo de 15 mg. Por infusión intravenosa 60 mg en 500 ml de suero fisiológico o dextrosa al 5% (infusión lenta).
Contraindicaciones
Hipersensibilidad al ketorolaco. Embarazo, parto y lactancia.Menores de 16 años. Insuficiencia hepática grave. Insuficiencia renal con creatinemia > 5 mg%. Ulcera gastroduodenal en evolución o antecedentes de úlcera o hemorragia digestiva. Pacientes con hemorragia cerebrovascular sospechada o confirmada, diátesis hemorrágica o anomalías de la hemostasia.Pacientes con hipovolemia o deshidratación aguda. Síndrome de pólipo nasal parcial o completo, angioedema, reacción broncospásmica al ácido acetil salicílico u otro antiinflamatorio no esteroide.
Reacciones Adversas
La frecuencia de reacciones adversas luego del uso a corto plazo de los AINEs es, en general, de la mitad a una décima parte de la frecuencia de efectos adversos luego del uso crónico. Los efectos colaterales más frecuentes (> 1%) incluyen náuseas, dispepsia, epigastralgia, diarrea, somnolencia, mareos, cefalea, sudoración y dolor en el sitio de la inyección luego de la administración de varias dosis. Los efectos menos frecuentes (< 1%) incluyen astenia, mialgia, palidez, vasodilatación, constipación, flatulencia, anormalidades en el funcionamiento hepático, melena, úlcera péptica, hemorragia renal, estomatitis, púrpura, sequedad de boca, nerviosismo, parestesias, depresión, euforia, sed excesiva, insomnio, vértigo, disnea, asma, alteraciones del gusto y la visión, polaquiuria, oliguria. Luego de su uso crónico por vía oral, produce hematuria y proteinuria.